¿QUÉ ES HACIENDA PÚBLICA?
El Estado es en nuestra realidad nacional el interventor principal en
la economía social de este país; la mayoría de nosotros hemos sido
participes en algún momento de sus servicios y/o productos que gestiona,
ya sea, por ejemplo, que no se haga uso de la Caja Costarricense de
Seguro Social, porque el ingreso familiar es lo suficientemente bueno
como para cubrir las consultas a un médico privado, pero puede ser que
el pago del seguro de la empleada de esa familia, le permita mantenerse
saludable para laborar con eficiencia en esa casa; por lo tanto ya sea
de forma directa o indirecta se obtiene un beneficio de contar con un
Estado que invierte, en este caso, en la salud de sus habitantes.
Es
necesario aclarar lo que se entiende por Hacienda Pública, y es que
como “conjunto de decisiones económicas que comporta la realización de
los programas de ingresos y gastos del estado y la mutua” (Martinez,
2009); incluyendo además las funciones que como sector público realiza:
un marco legal, venta y compra de bienes y servicios, transferencias,
impuestos, estabilización de la economía, redistribución de la renta y
la eficiencia económica; y las cuales afectaran que se incrementen los
gastos en la misma proporción que lo hacen los ingresos.
Entonces
se logra observar que para sustentar ese gasto público entendido el
mismo como: “consumo de bienes y servicios que realiza el estado”
(Schettino, 2013) el Estado necesita de los ingresos ya sean estos
tributarios, como lo son los impuestos, las tasas y las contribuciones
especiales, o no tributarios, como lo son los precios, ingresos
voluntarios y coactivos; para luego mediante la planificación
redistribuir en las necesidades primordiales estos recursos.
Estas
transferencias ya sea en bonos de vivienda, pensiones, salarios,
permiten que el ciudadano costarricense tenga una mejor calidad de vida;
que puedan aprovechar los recursos, que el Estado le brinda, en mejorar
su calidad de vida, mediante el disfrute, salud, educación. De aquí
surge la importancia de la Hacienda Pública, de esa inversión a largo plazo que el Estado proyecta en la sociedad.
Uno
de los aspectos más importantes es esa contribución que cada
costarricense al pagar sus impuestos directos e indirectos, las
contribuciones que la empresa privada otorga; si no existiera esa
conciencia social por parte de los ciudadanos, el país se estancaría en
un proceso regresivo, independiente de las fuerzas de mercado, cuando en
un país existe una economía solidaria es más fácil surgir de la
recesión.
El gasto público es reflejo de un país contribuyente;
sin embargo cuando la población deduce que exista una falta inversión,
como por ejemplo el impuesto gravado a los combustibles y con el cual
los conductores no perciben el mejoramiento de la infraestructura vial,
se crea una conducta de cero tolerancia a las políticas y planes de la
administración, y a pesar de que no se pueda reducir su consumo en
combustibles, si se logra determinar que los ciudadanos se
familiarizaran menos con el pago de otro tipo de impuestos, como el de
la renta.
La falta de aplicabilidad de proyectos no se debe a la
falta de recursos, sino a la mala planificación de estos y el abandono
de la infraestructura vial, educación, salud, proyectos de bienestar
social. Esto hace que el riesgo existente tenga menos probabilidades de
contingencia, puesto que los factores que ocasionaron el surgimiento de
las necesidades, cada vez son en mayor magnitud y produciría la
deslegitimación de la sociedad ante el Estado, la inversión y gasto
público, y por ende la reducción o peor aún desaparición de estos tres.
Se
debe tomar siempre en consideración que el gasto público es un
instrumento para llegar, mediante el uso de recursos, a las zonas más
vulnerables, esta inversión se refiere a tomar la imposibilidad de estas
poblaciones y convertirlas en las estrategias nacionales que harán que
se reconozca de una mejor manera la razón de ser de las organizaciones,
instituciones, sectores, y por último generarle al Estado una visión,
teniendo una concepción de desarrollo con el que desea desenvolver las
políticas de Gobierno.
La Hacienda Pública deja de ser una simple
construcción de fórmulas, para trasladar los conceptos sociales a la
construcción y replanteamiento del gasto público y en el beneficio de la
mayoría, vista como minoría, pero que al final es para quienes deberían
de ir dirigidos la mayor parte de los recursos, ya que sí se logra
estimular estas poblaciones, el país lograría contar con ciudadanos más
capaces, lo que se transmite a una mayor fuerza laboral, de aquí la
importancia de contar con las normas y lineamientos claros en cuento a
Administración Financiera para mejorar la eficiencia y eficacia en el
sector público.
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